En algunas apretadas páginas de prosa no tan aliñada, Soberón cuenta que nombró a Jiménez Espriú secretario general auxiliar. Es decir, Jiménez Espriú fue parte muy principal del equipo que solicitó la entrada de la policía a la UNAM en 1973 y 1977, cuando se encarceló a los líderes del SPAUNAM.